La sala de control es una habitación insonorizada, donde no entren ruidos ni del exterior, ni de la sala de grabación.
Además de estar insonorizada, será necesario darle un tratamiento acústico para evitar que el sonido de las escuchas (o monitores) provoque rebotes en las paredes, techo o suelo, y ensucien o hagan más difuso el mensaje musical.
Hay que tener en cuenta que cuando se realiza un aislamiento acústico, también se está consiguiendo un aislamiento térmico. Esto puede ser bueno si en invierno, las máquinas generan calor y suben la temperatura de la sala de control, pero puede ser un inconveniente si en verano las máquinas suben aun más la temperatura. Además, a la hora de aislar un estudio, hay que tener en cuenta un factor muy importante, como es la ventilación o renovación del aire, para evitar atmósferas con el ambiente cargado o viciado.
En la sala de control estarán las herramientas necesarias para poder grabar, editar y procesar el sonido, que dará forma a la grabación final. Conviene dedicarle un tiempo prudencial a estudiar dónde se van a colocar los distintos aparatos, lo suficientemente cerca como para que se puedan utilizar de una forma cómoda, pero sin molestar ni entorpecer las funciones propias del estudio.
Cuanto más cómoda sea la sala de control y mejor acondicionada esté, más fácil le resultará al técnico, al ingeniero y al productor musical realizar su trabajo.